Dejo atrás un 2011 con una mezcla de alegría y pena. Alegría porque, muy al final, deseaba que ese año terminara ya; y pena porque dejo atrás, entre muchas, una de las experiencias más bonitas de mi vida: conocer a mi sobrina Alba.
Tengo que confesar que llevaba pensándolo mucho tiempo y, cuando por fin conocí la noticia, una parte de mí ya lo sabía. Ha sido el embarazo más cercano que he vivido y, además, he aprendido muchísimo gracias a la co-protagonista de la historia, la mamá y mi cuñada, Chus. La conocísteis aquí.
Alba nació el 8 de julio y, nada más ver la luz, nos llenó de alegría a todos los que estábamos a su alrededor. Hizo que nos olvidáramos de problemas con tan sólo su presencia y, día a día, aporta un rayo de felicidad a toda la familia.
He podido ver la unión, el amor, la sonrisa sincera y el cariño de su familia y estoy realmente satisfecha por lo que han mostrado. Ha sido un gran paso y ella ha sido la verdadera protagonista.
Nunca he imaginado una experiencia así, el querer a una persona sin conocerla, el ansiar verla con verdadera inquietud. Ver crecer a una personita que, cada vez que te sonríe, te llena tan rápido de alegría como sube el cava cuando invade una copa.
He experimentado la generosidad de su madre al compartir a su tesoro y hacernos partícipes de grandes momentos en la vida de la pequeña.
Este año nos deparará con su primera palabra (que no sea "abuuuuuuu...." como ya gesticula), con sus primeros pasos, con sus primeras caricias... ¡Tantas y tantas sorpresas...!
Vaticino que será increíble y que, a partir de este momento, llegarán grandes y mejores momentos a nuestras vidas.
¡Ah! ¡Olvidaba lo más importante! Tengo que presentárosla. Así nos deseaba Feliz Navidad y así os deseo yo a vosotros lo mejor para este año nuevo.
!Feliz 2012!
Laura
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